lunes, 12 de mayo de 2025

HERNÁN SÁNCHEZ BARROS

Dos cosas -quizás como un pájaro y su sombra-, han regresado en el viento. La conciencia es la pertenencia de sí mismo. Es ese lugar,  si se quiere, donde estamos presentes y activos en la verificación de lo que se supone es real. Es móvil y plástica. Sube y baja,  se amplía y se contrae. Creo que el objetivo,  que también define su función,  es el descubrir. También,  algunos la definen como el espacio mental que se crea entre la atención,  la memoria y la imaginación. Cuando uno está allí, se da cuenta,  experimenta algo que se otra forma pasaría inadvertido. (por eso la inconsciencia y la ignorancia van de la mano). La articulación de la dimensión temporal está íntimamente ligada a la conciencia: la atención con el presente, la memoria con el pasado y la imaginación con el futuro. Claro,  hay que considerar que ese espacio suele ser ideal para el surgimiento de la expresión más importante de la conciencia: la intuición...